'Caleidoscopio'- Magazine#21
Edición Premium del finde. Hasta la fecha, la edición más imperfecta de todas...Una edición dirigida sobre todo a los perfeccionistas, pero que también la pueden leer los que no lo sean...
“No temas a la perfección, nunca la alcanzarás.”
Salvador Dalí. Pintor conocido
¿Quién no ha aspirado a la perfección en algún momento?
Es fácil confundir ese deseo legítimo de logros y altos estándares con una obsesión inalcanzable por la perfección.
Pero llegó la hora de desmitificar la idea de que la perfección es el camino hacia el éxito.
Cuando lo hagamos, nos liberaremos, para buscar así la excelencia sin caer en las trampas del perfeccionismo paralizante.
En ese miedo a cometer errores, donde se encuentra la causa del mayor fracaso: no empezar, no avanzar.
De momento, la edición premium de ‘Caleidoscopio’ seguirá siendo imperfecta…
Llegando al Nirvana…
Al estado trascendente.
A la iluminación total
A lo más de lo más…
A la solución perfecta.
Y sí, suponemos que existe una solución perfecta para cada problema en particular: blanco o negro, bueno o malo. No hay grises. Es o no es.
En nuestra vida personal y profesional, creemos que podemos llegar a la perfección.
‘Yo es que soy muy perfeccionista’. Muchos lo dicen como que tienen ese problema. Otros que ser perfeccionista es su debilidad. Y otros, su gran virtud.
No queremos renunciar a ser perfectos. Y esa resistencia nos conduce a la ‘Falacia del Nirvana’.
Pensamos que podemos llegar al estado de perfección. A la solución ideal para cada caso.
Si ese argumento o esa solución no cumplen con ese ideal, dejarán de ser perfectos.
Queremos esa solución ideal, que en muchas ocasiones, no existe. Y las soluciones realistas las invalidamos, ya que pensamos que no pueden ser más eficaces que las ideales
En fin, los peligros de perseguir lo ideal a expensas de lo bueno y de lo práctico..
No caigas en la ‘Falacia del Nirvana’….
Hay soluciones realistas y soluciones idealizadas.
Cuando caes en esta ‘falacia’, crees totalmente en la perfección, y no aceptarás la realidad de las soluciones imperfectas, aunque sean igual de efectivas.
No te centres exclusivamente en el blanco o negro, sino también en la escala de los grises. El perfeccionismo consta de dos elementos esenciales: la imposición de estándares inalcanzables y la auto-crítica implacable por no alcanzar esos estándares.
Esta mentalidad de "todo o nada", de blanco o negro, alimenta tu miedo al fracaso, restringe tu creatividad y obstaculiza tu capacidad de asumir riesgos necesarios para el crecimiento personal y profesional.
Y no llegues al extremo de no tomar una decisión por buscar la perfección.
Un error es una amenaza…
…ya que el perfeccionismo puede tomar muchas formas.
Desde establecer estándares imposibles para nosotros mismos hasta ser extremadamente críticos con nuestras acciones y con las de los demás.
Lo que nos hace que estemos en una hipervigilancia constante, donde cualquier error se convierte en una amenaza.
Ese perfeccionismo nos lleva a una rigidez extrema, donde nuestra felicidad y bienestar dependen completamente de alcanzar objetivos inalcanzables.
Nos imponemos altos estándares a nosotros mismos…¿Qué pasa si no los conseguimos?
Y se los imponemos a los demás. Esperando que los demás se comporten según nuestras expectativas. ¿No resulta agotador?
Y ese perfeccionismo por el que nos esforzamos por alcanzar referencias que creemos que los demás esperan de nosotros, aunque no sean reales.
Vale, que no todo es tan sombrío. También existe lo que llamamos perfeccionismo adaptativo, donde establecemos metas ambiciosas pero mantenemos una actitud saludable hacia ellas.
La verdad que este enfoque es el que nos lleva a sentirnos realizados y protegidos emocionalmente.
Un epílogo imperfecto…Un avión sobrevolando la Torre de Pisa
Seguro que te acuerdas del famoso avión supersónico Concorde.
Una maravilla de ingeniería y tecnología.
Diseño perfecto, veloz…pero un fracaso comercial.
Su alto coste de mantenimiento y las limitaciones en sus rutas de viajes, llevaron a que sólo un número limitado de aviones se vendieran.
Se retiró del mercado en 2003
En el siglo XII, se construyó la Torre de Pisa.
Por supuesto que el arquitecto que la construyó, un tal Bonnano Pisano (se ha descubierto recientemente que fue él) no tenía la intención de que se inclinara.
Pero debido a unos cimientos débiles y a un subsuelo inestable, su diseño desde el comienzo, era imperfecto.
Hace un tiempo, apareció una piedra oculta cerca de la Torre, con una leyenda que se cree que iba a adornarla en lo alto:: "Yo, que construí una obra admirable por encima de todas las demás, soy el ciudadano de Pisa conocido como Bonnano".
Sí, tal vez el desastroso (pero genial) resultado de la obra avergonzó a Pisano y le hizo cambiar de opinión: tenía que deshacerse de la prueba material destinada a encumbrarle como el autor del campanario románico de 56 metros de altura.
Así que la piedra y su leyenda se enterraron. Conscientemente.
Cuando la torre estaba a medio construir, y ya se había inclinado por culpa del suelo húmedo y blando, fue abandonada y no se terminaría hasta un siglo después, con Bonnano ya muerto.
El bueno de Bonnano pensó que era un fracaso y ya no quería ver su nombre relacionado con la obra. Pasó del orgullo a la vergüenza y silenciosamente arrojó la piedra a la zona de construcción.
Por miedo a que se burlasen de sus dotes arquitectónicas…
Ains…
Lo último de esta semana en ‘Caleidoscopio’
2, Prepara tu moto para tomar ventaja en la carrera
4. De merienda familiar en la laguna...
Además, las secciones habituales de Caleidoscopio…
Tu Mentoring, Tu Empresa, Tu estilo de vida, CaleiDOStips, Como pollo sin cabeza…
Y en breve, mucho más…
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Gabriel Martínez. Caleidoscopio. Atrévete a mirar…Y verás