Winnie The Pooh dando diez mil vueltas en el Bosque de los Cien Acres
Una mentira repetida muchas veces no tiene por qué ser verdad
Nunca me ha gustado Winnie The Pooh
Demasiado soso.
Y simplón.
Ni su amigo el cerdito Piglet. Anodino como Winnie.
Y el nombre del Bosque de los Cien Acres, tampoco me gusta. Aunque te pueda gustar a ti.
No me gustan, pero el osito tontorrón y el cerdito anodino nos dan una lección que no hay que pasar por alto.
Un día, Winnie y Piglet se fueron a cazar al bosque a los misteriosos ‘Woozles’ una criaturas misteriosas del bosque.
A medida que avanzan, Pooh y Piglet se dan cuenta de que están siguiendo sus propias huellas.
Piensan que son rastros del Woozles.
Están confusos, y esa confusión hace que crean que en el Bosque de los Cien Acres hay más Woozles de los que realmente existen.
Se dan cuenta así de que esas criaturas nunca existieron. Aunque ellos habían creído que sí, por el rastro de la huellas, que por cierto, eran las suyas.
Del Bosque de los Cien Acres nos vamos a EEUU.
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