'Caleidoscopio'- Magazine#26
Edición Premium del finde. Hábitos, rutinas,...En esta edición, te explico de forma breve cómo puedes convertir tus rutinas en hábitos. Y tus hábitos, en rituales. Ve poniendo velas en tu baño....
“Un hábito no se puede tirar por la ventana, hay que convencerlo para que baje las escaleras paso a paso”.
Mark Twain
No es fácil cambiar un hábito de un día para otro.
Salvo que tengas una increíble fuerza de voluntad y determinación.
“Dejar de fumar es fácil. Lo he dejado unas cien veces”. Lo dijo Mark Twain
El camino no es sencillo…Y además, largo.
Atrapado en el tiempo…
¿Te acuerdas de la estupenda película de ‘Atrapado en el tiempo’?
Sí, la del Día de la Marmota. Protagonizada por Bill Murray.
Día tras día, todos iguales…Hasta que todo empieza a cambiar poco a poco.
Te despiertas con la misma alarma de hace tiempo (igual que el bueno de Bill), haces tu cama, café rápido antes de salir, escuchas la misma emisora yendo al trabajo…
Sí, es probable que deseemos que cada día sea diferente, pero es cierto que repetir algunas acciones es importante para nuestra vida.
Más o menos, parece que más del 60% de nuestras acciones diarias las hacemos en piloto automático.
Sin ser casi conscientes.
Llegó el momento de diferenciar los hábitos, las rutinas y los rituales.
Hábitos…
Una señal.
Y sientes la necesidad automática de hacer algo.
Sonido de que has recibido un Whatsapp.
Y te lanzas compulsivamente a mirar el móvil.
Cuanto más asocies el ruidito con mirar el Whatsapp, más automático será el hábito.
Otra señal…
Tener que hacer una tarea urgente y desafiante en tu trabajo.
Y al momento, abres el ‘cajón’ de la postergación.
Cada vez que te sientes agobiado, procrastinas. Así que tu cerebro asocia esa emoción con la procrastinación.
Nuestro ‘cerebro’, que es un poco vago, busca eficiencia.
Esos hábitos son atajos mentales que nos permiten realizar acciones sin gastar casi energía en pensar.
Cuando el desencadenante aparece, el cerebro activa de forma automática el hábito asociado. Como un reflejo
Hay que tener muy en cuenta que es muy útil establecer algunos comportamientos en piloto automático para no tener que hacer un esfuerzo consciente cada vez.
Y para eso están los hábitos..
Rutinas…
A diferencia de los hábitos, una rutina necesita una práctica deliberada.
Ir al gym, salir con la bici los sábados,…son rutinas que necesitan que las sigas haciendo de forma consciente.
O si no, con el tiempo, irán desapareciendo.
El cerebro no se pone en modo automático para ir contigo al gym…
Fundamental: Las rutinas y los hábitos son acciones regulares y repetidas. Los hábitos necesitan poco o ningún pensamiento consciente. Las rutinas necesitan mayor nivel de intención y esfuerzo
Tras cierto tiempo, las rutinas pasarán a convertirse en hábitos…Pero se necesita tiempo para crear ese ciclo de hábitos…
Rituales…
Pero claro, no todas las acciones en nuestra vida tienen que ser automáticas. ¿O sí?
Seguro que en algún momento quieres ser consciente y estar presente, sobre todo cuando se trata de momentos o actividades que nos hacen crecer.
Porque no creo que aprendas un nuevo idioma, tomes una decisión importante o resuelvas un problema complejo en piloto automático…¿O tal vez sí lo haces?
Solemos asociar los rituales con ritos comunitarios de culto, ritos conmemorativos, espirituales,…. Vale, lo son, pero sólo en sentido estricto
Sobre todo, hay que tener muy claro que la diferencia fundamental entre una rutina y un ritual es la mentalidad detrás de la acción. O sea, el nivel de intencionalidad.
Un ritual es algo más significativo. Tienen un sentido real de propósito.
Con el ritual, estás cien por cien comprometido con el enfoque en la experiencia de la tarea.
No se trata sólo de completarla.
Estás ‘usando’ tus niveles más elevados de energía y conciencia…
¿Que si puedes hacer de una rutina un ritual?
Sí.
Esa comida tranquila, relajada, siendo consciente de las texturas, aromas, sabores, comiendo despacio…
O esa ducha tranquila, sintiendo el agua templada (o fría )…Sí, cuando te pones también velas, por ejemplo
Seguro que tienes rutinas que podrían ser más intencionales
¿Por qué conformarnos entonces con hábitos cuando podemos crear rituales?
Ah, que no me he olvidado de Bill Murray. Phil Connors en la película…Sigue más abajo.
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“Una trampa en blanco y negro”…
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Siguiendo con Bill Murray…Y la marmota…
Atrapado en un bucle en tiempo.
Repitiendo el mismo día una y otra vez.
Me suena.
Al principio, Phil vive cada día en piloto automático
No presta atención a sus acciones ni a sus consecuencias.
Cuando se da cuenta de que realmente está atrapado en el tiempo, Phil empieza a experimentar con diferentes rutinas y comportamientos.
Como en exceso, roba un banco…Pero nada cambia su situación.
Al final, decide aprovechar todo el tiempo del mundo para aprender nuevas habilidades, ayudar a los demás y convertirse en mejor persona.
A medida que sus rutinas se vuelven más intencionales y significativas, comienza a transformarlas en rituales.
Se dedica, por ejemplo a aprender a tocar el piano, y acaba por tocarlo con maestría.
Convirtiendo así esa práctica en un ritual de autoexpresión y crecimiento personal
Al final de la película, Phil ha logrado romper el bucle temporal y avanzar en su vida. Lo que se debe en gran parte a su capacidad para transformar sus hábitos en rutinas y, finalmente, en rituales significativos.
Seguro que te está costando decidirte, pero…
…A lo mejor, necesitas Mentoring…
Si, tal vez no lo has pensado muy en serio, pero lo mismo tú y tu empresa necesitáis Mentoring. Si tienes alguna duda sobre esto, puedes mandarme un mensaje y hablamos…
Si has llegado hasta aquí, muchas gracias…
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Gabriel Martínez. Caleidoscopio. Atrévete a mirar…Y verás