El reflejo del espejo roto

No descalifiques las ideas de los demás centrándote sólo en sus rasgos personales.

“¿Qué puede saber un sacerdote sobre los hijos, si no ha tenido ninguno?”

Dicho bastante popular

Tu amigo afirma que el deporte no es del todo bueno para la salud

Pero pienso que tu amigo tiene aspectos que no le hacen demasiado confiable: juega, fuma y bebe.

Por tanto, lo que afirma, no es cierto.

Ataco a tu amigo, que emite un argumento, en lugar de evaluar su argumento.

Decido atacarle no por lo que ha dicho, sino por lo que es: por su físico, por su género, por su raza, por su personalidad, por sus defectos,..

Falacia ‘ad hominem’. Así se llama este comportamiento

Pero antes no era igual.

Era diferente.

Antiguamente, en lugar de atacar directamente a la persona para desacreditarla, el ‘ad hominem’ se utilizaba para exponer las contradicciones o inconsistencias en los argumentos del oponente.

Por ejemplo, Galileo utilizaba esta ‘técnica’ para señalar las contradicciones entre las creencias religiosas de sus oponentes y las evidencias científicas que él presentaba. No, no buscaba insultarlos o menospreciarlos, sino hacerles ver que sus argumentos eran insostenibles a la luz de la razón y la evidencia.

Al igual que la utilizaron Santo Tomás de Aquino y mucho más.

Se utilizaba más bien como una herramienta retórica para exponer las debilidades de los argumentos del oponente, mas que utilizarse para hacer ataques personales directos.

Pero a lo largo del tiempo, el uso de esta ‘falacia ad hominem’ ha cambiado, convirtiéndose en una forma de ataque personal y difamación, y para desviar la atención del debate, centrándose más en la persona que presenta las ideas, más que en las ideas en sí.

Multitud de ejemplos de esta falacia…

Seguro que te serán familiares…Te sonarán…

"Creo que no deberíamos escuchar las ideas de marketing de Juan porque es un mujeriego y un alcohólico." (Aquí se está atacando el carácter de Juan en