'Caleidoscopio'- FreeMagazine#22
La edición 'free' de los miércoles. La guía definitiva para dejar de preocuparse...Bueno, si no del todo, una guía muy breve (y sobre todo útil) para preocuparnos mucho mejor. Preocúpate bien...
“La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación”
Wayne W.Dyer (1940-2015) Escritor estadounidense.
Olvídate de las preocupaciones…Preocúpate bien.
Que si te preocupas por el dinero.
Por el trabajo.
Por tu familia, por tu futuro.
Un constante ruido de fondo
Que sigue ahí
Me cuesta dormir y ese ruido de fondo hace que decida peor, porque me concentro en lo que puede salir mal, y no en lo que podría salir bien.
¿Por qué me preocupo?
Cuando me preocupo y no pasa nada malo, mi mente asocia la preocupación con la prevención de daños.
De forma inconsciente, pensamos que, a pesar de todo, era bueno estar preocupado.
Porque al final, no ocurrió nada malo.
Y es que al preocuparnos, creemos que esa preocupación tiene consecuencias positivas.
¿Por qué nos preocupamos?
1. Puede ayudarnos a resolver nuestros problemas
Al preocuparnos, sentimos que somos más conscientes de una determinada situación
Y que vamos a estar mejor preparados para afrontarla.
Y nos ayuda también a encontrar nuevas maneras de resolver un problema.
También, vemos la preocupación como un ‘motor de arranque’ para actuar y hacer cosas que tal vez no tengamos el valor de hacer de otra forma.
Preocuparnos nos hace que adoptemos actitudes serviciales y productivas, y que nos convirtamos así en más responsable y prudentes.
2. Nos ayuda a sentirnos menos decepcionados…
…por si al final sucede algo malo.
Y así nos sentiremos menos molestos, culpables o menos desprevenidos, ya que con nuestra preocupación predijimos ese posible resultado.
3. Puede parecer positiva…
Al preocuparnos por otros puede parecer que somos sensibles, afectuosos…
Si nos preocupamos, parecemos buenas personas.
Si quienes nos rodean ven que no nos preocupamos por ellos, se sentirían decepcionados…
4. La magia de preocuparse.
Llegamos a creer que si nos preocupamos, reduciremos así el riesgo de que pase algo malo.
O al revés. Si no nos preocupamos por algo, es menos probable que suceda..
Demasiado supersticioso, ¿no te parece?
Resolución de los problemas y la preocupación
Cuando nos preocupamos, nuestra cabeza se para en los problemas.
Lo que nos genera ansiedad, inquietud, una mente ‘loca’ que se imagina todos los resultados posibles negativos de una decisión.
Resolver un problema es otra cosa. Sentarnos con papel y lápiz, identificando el problema y aplicar estrategias y posibles soluciones.
Manejando la preocupación
Que sí, que es imposible eliminar por completo la preocupación.
Pero se puede manejar mucho mejor.
¿Cómo?
Primero, siendo consciente de tu preocupación. ¿Por qué te estás preocupando ahora? Reconoce y comprende la raíz de tu preocupación
La vida es incertidumbre. Y tenemos poco control sobre casi todo lo que nos pasa.
No vamos a poder predecir nunca todas las consecuencias posibles de cada una de nuestras decisiones y de nuestros actos.
Importante. Enfrentarnos a nuestros miedos: a ser juzgado, al fracaso, a otra opción.
Y dejar así de centrarnos en lo que podría suceder, y centrarnos en lo que podemos hacer que suceda ahora.
No vamos a predecir los posibles resultados, pero ganamos así un poco de control en nuestra vida.
Es algo inherente a nosotros mismos el preocuparnos.
Pero podemos aprender a preocuparnos mejor.
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Gabriel Martínez