Un mono, un cerebro asustado y un monstruo
Dejar de procrastinar no suele tan fácil.
Retrasas o pospones algo.
Que sabes que tienes que hacer.
Mientras te pones a hacer algo irrelevante. O más agradable.
Y dejas ese ‘algo’ sin hacer por miedo a afrontarlo o por la pereza de hacerlo.
‘Evita la procrastinación’, hombre, es lo que oyes habitualmente.
Vale, y tú piensas, si, es cierto, pero no es algo tan sencillo.
Ala, dile a un fumador empedernido que deje de fumar, a alguien que está deprimido que deje de estarlo.
Demasiado simple, ¿no te parece?
El cerebro del procrastinador
En el cerebro del procrastinador tenemos dos curiosos personajes: el que tomas las decisiones racionales y el ‘mono de la gratificación instantánea’.
Al primero le gusta hacer las cosas de manera lógica y eficiente.
Al ‘Mono’, no.
Le encanta el placer inmediato y evitar cualquier tarea que requiera algo de esfuerzo.
Y siempre busca (y encuentra) una manera de distraer al primero, con actividades más placenteras, y menos productivas
Claro, el ‘mono’ vive en un mundo relativamente fácil: cuando tiene hambre, come, cuando tiene sueño, a dormir.
Pero es que el ‘mono procrastinador’ vive en el mundo humano. Y aquí no se maneja demasiado bien.
No para de incordiar al sufrido ‘tomador de decisiones racionales’.
Que no sabe cómo luchar contra el mono y evitar que le quite el mando del control de tu cerebro.
Cuando ‘el mono’ se lo arrebata, el ‘tomador de decisiones racionales’ se va a…
…El ‘Patio Oscuro de Juegos’.
Si eres un procrastinador, lo conocerás bien.
¿No?
Un oscuro lugar donde se realizan actividades de ocio en los momentos más inapropiados, llenándote de culpa y ansiedad.
Pero La diversión en el Patio de Juegos Oscuro no es divertida.
Está acompañada de un constante sentimiento de culpa.
Y es ahí cuando el ‘tomador de decisiones racionales’ se hunde, se deprime, ya que no entiende que la persona que pilota, o sea, tú, se encuentre en ese lugar oscuro…
‘El mono de la gratificación instantánea’ no le deja pensar…
Cuidado, que viene el ‘monstruo del pánico’…
Hay algo que asusta al ‘mono de la gratificación instantánea…
Un monstruo.
Sí. ‘El Monstruo del Pánico’.
Casi siempre escondido, como buen monstruo, que se despierta cuando una fecha límite para terminar una tarea se acerca demasiado, o cuando hay un peligro de que ocurra un desastre profesional o alguna amenaza de serias consecuencias.
Y ese monstruo hace que te pongas a trabajar de una vez.
Aunque sea en el último momento.
Llevas una semana intentado hacer ese maldito informe que te pidió tu jefe para ayer.
Y de repente, esa noche, sí o sí, te quedas despierto tomando diez cafés, y lograr terminar ese informe que tu jefe ya estaba cansado de esperar.
Si eres de estos, eres un procrastinador suertudo.
Otros tienen en su cabeza monos antipánico, que en esos momento de agobio hacen que corras con ellos a su árbol.
Entras en modo bloqueo. Que acabará contigo.
Sal del Patio Oscuro…
Estas demasiado tiempo trabajando y ‘jugando’ en ese patio oscuro.
En su lugar, podrías haber disfrutado de un ocio satisfactorio y merecido.
Si hubieras hecho las cosas las hubieras hecho siguiendo un plan más lógico.
El pánico no es divertido para nadie.
¿Consecuencia? Que no logras alcanzar tus objetivos y desarrollar tu potencial.
Y te desgastas poco a poco, te arrepientes y te menosprecias.
En la vida, hay muchas cosas importantes de las que el ‘monstruo del pánico’ pasa bastante: hacer deporte, aprender a tocar un instrumento, escribir un libro, cambiar de carrera y reinventarse…).
Todo esto enriquece nuestras vidas
Pero si eres un procrastinador, estas cosas se quedarán siempre en otro patio, ‘ en el patio del olvido’…