Siete colores.
O al menos, es lo que parece.
Pero no.
Resulta que tiene muchos más, casi infinitos matices, que no podemos ver.
El Arcoíris
Cuando la luz atraviesa las gotas de agua suspendidas en el aire, cambia de dirección...
...para reflejarse en el interior de la gota y volver a salir, refractándose de nuevo.
En este proceso, la luz blanca se descompone en un bonito espectro de colores.
Pero para que podamos ver este precioso espectáculo, tienen que darse unas condiciones casi perfectas y muy específicas.
Aparte de las gotas de agua en el aire, que haya sol y que además, esté a menos de 42 grados sobre el horizonte.
Y otra condicione imprescindible. El observador, o sea, nosotros, tenemos que estar ubicados en un ángulo adecuado para que podemos ver este fenómeno.
No es un ángulo fijo para ti, sino relativo. Si te mueves, el arcoíris "se mueve" también.
Claro, por eso nunca lo alcanzas: es un efecto óptico, no algo físico.
Aunque no lo creas, si el sol está a más de 42 grados sobre el horizonte, no se formará un arco iris visible
De ahí que suelen verse en las primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando el sol 'está más bajo' en el cielo
El momento perfecto
El bonito arcoíris es un fenómeno que necesita una sincronía casi milagrosa.
Imagina que vas a lanzar tu negocio, y te dedicas a esperar las condiciones tan perfectas para hacerlo.
Casi nadie comenzaría, ¿no?
Porque está claro que nunca habrá un momento perfecto.
Nunca te vas a sentir totalmente preparado.
Y sobre todo, porque tienes que actuar con lo que tienes ahora, y no esperar a tenerlo...
Claro que el éxito no depende de esperar las circunstancias perfectas, pero...
...sí que es fundamental aprovechar 'ese momento oportuno'.
Reconocer cuando el mercado demanda una necesidad real y ponerse manos a la obra.
De forma sencilla, equilibrar tu acción inmediata con tu observación inteligente.
Y ten presente que el arcoíris es esclavo de las condiciones físicas, es pasivo. Solo existe si las circunstancias se alinean.
Pero tú eres activo. Puedes crear las oportunidades.
Así que ya sabes. El arcoíris necesita condiciones perfectas para lucir.
Si tú quieres lucir, tendrás que ponerte manos a la obra, adaptarte y perseverar.
No olvides ponerte en el ángulo correcto.