Los hay bondadosos.
Pero también hay Duendes Malvados.
Que se cuelan en nuestros trabajos, en nuestros negocios, con el único objetivo de distraernos.
Se convierten en pequeños saboteadores de nuestra capacidad para estar enfocados.
Los duendes son escurridizos, astutos, personajillos a los que es difícil capturar. Además, como las distracciones, aparecen de forma repetida, provocando al mismo tiempo, el caos y el desorden.
Son también traviesos. Como lo son nuestras distracciones. Surgiendo de manera inesperada e inoportuna.
Y sí, parecen en un principio, inofensivos, divertidos…como las distracciones…
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