Más manos no equivalen a más fuerza
Confías en que los demás hagan las cosas por ti...
¿Has trabajado en equipo y has sentido que podías hacer menos esfuerzo porque los demás lo harían por ti?
A finales del siglo XIX, un ingeniero francés llamado Ringerlmann hizo un curioso experimento para demostrar cómo el esfuerzo individual en un grupo disminuía a medida que aumentaba el número de personas involucradas en una tarea.
La esencia de este experimento consistió en pedir a los participantes que se unieran para tirar de una cuerda de sus extremos con toda su fuerza, y lo que se observó fue revelador.
Inicialmente, cuando los individuos tiraban de la cuerda en solitario, su esfuerzo individual era tangible y medible.
Sin embargo, a medida que se añadían más participantes al equipo, se observaba una tendencia inesperada: la fuerza individual de cada tirador disminuía.
Este fenómeno contradecía la intuición común de que más manos deberían equivaler a más fuerza.
La explicación detrás de este descubrimiento radica en lo que Ringelmann denominó "la pérdida de eficiencia social".
A medida que aumenta el tamaño del grupo, las complejidades sociales y coordinativas se vuelven más prominentes.
La comunicación efectiva, la coordinación de esfuerzos y la motivación individual se ven comprometidas en medio de un grupo más numeroso.
En un estudio realizado por el psicólogo británico Dixon en 1944, se analízó el impacto de la presión social y la responsabilidad individual en el comporta-miento de los soldados….
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