“Tú mismo siempre serás el peor enemigo que podrás encontrar; tú mismo te esperas en cuevas y bosques”.
F. Nietzsche. Filósofo
Estás a punto de lanzar tu nuevo producto al mercado, pero en el último minuto, te encuentras buscando excusas para retrasar el lanzamiento.
¿Por qué? ¿Qué fuerzas oscuras te frenan?
Es solo un ejemplo de cómo el autosabotaje se manifesta en el ámbito empresarial. Desde procrastinar en tareas importantes hasta sabotear nuestras propias relaciones profesionales, el autosabotaje puede tener muchas caras, y todas ellas nos impiden alcanzar nuestro verdadero potencial.
Autosabotaje en color e instantáneo…
Seguro que te acuerdas de las famosas cámaras Polaroid. Sí, esas que hacían fotos instantáneas.
Pues bien, en la década de 1970, la empresa Polaroid, se encontraba en la cima de su éxito. Sin embargo, cuando surgió la tecnología digital, la compañía enfrentó una encrucijada: ¿seguir con su enfoque en la fotografía instantánea o abrazar la nueva era digital?
A pesar de tener los recursos y el conocimiento para liderar la revolución digital, los líderes de Polaroid subestimaron el potencial del mercado de la fotografía digital y se aferraron a su modelo de negocio tradicional. En lugar de invertir en el desarrollo de cámaras digitales y tecnología de imagen digital, decidieron centrarse en mejorar su tecnología de fotografía instantánea.
Su decisión resultó ser un acto de autosabotaje. Mientras la compañía continuaba dedicando recursos a la fotografía instantánea, otras empresas, como Canon y Nikon, avanzaban rápidamente en el desarrollo de cámaras digitales y tecnología de imagen digital. Y cuando Polaroid finalmente decidió incursionar en el mercado digital, ya era demasiado tarde y la empresa había perdido su ventaja competitiva.
En 2001, Polaroid se declaró en quiebra y su negocio de fotografía instantánea fue adquirido por una empresa rival.
Esta historia destaca cómo se manifiesta el autosabotaje: cuando te niegas a adaptarte a los cambios del mercado y subestimas el potencial de nuevas tecnologías y tendencias.
Combatiendo tu espíritu saboteador
Con un poco de conciencia y esfuerzo, puedes romper ese ‘maldito’ ciclo de autosabotaje, adoptando estrategias como éstas:
1. Confronta tus Miedos: ¿Temes al éxito tanto como al fracaso? A menudo, el miedo al cambio o a lo desconocido puede llevarnos a sabotearmos inconscientemente.
Tienes una estupenda idea, pero tus miedos internos te llevan a postergar su desarrollo, ya que te encuentras temeroso del impacto que pueda tener en tu vida personal y profesional si esa idea tiene éxito.
2. La Trampa de la Perfección: ¿Atrapado en la búsqueda interminable (e imposible) de la perfección? Este es otro ejemplo común de autosabotaje en el ámbito empresarial (y personal). Y es que nunca estás satisfecho con tus proyectos y siempre buscas pulirlos un poco más. Como resultado, nunca logras completar tus proyectos a tiempo y pierdes oportunidades de negocio valiosas.
3. Sobrecarga de Tareas: ¿Te has encontrado alguna vez con tantos proyectos en tu mesa que te sientes abrumado? Te encanta comprometerte continuamente con demasiados proyectos a la vez. Resultado: tu rendimiento se ve afectado y dejas sin completar ninguna tarea de manera satisfactoria.
4. Autoimagen Limitante: A veces, nuestras creencias sobre nosotros mismos pueden convertirse en nuestro peor enemigo.
Algo muy habitual: A menudo pensamos que no somos lo suficientemente buenos para conseguir nuestros objetivos. Dudamos bastante de nuestra capacidad. Vamos, que nos autosaboteamos de forma constante.
Si tienes en cuenta estas estrategias, vas a poder centrarte mucho mejor en liberarte de tus creencias limitantes, de tus miedos y de esas excusas que te frenan, y enfocarte así en tus objetivos.
El éxito no es algo que nos llega por casualidad, sino que es el resultado de nuestro trabajo, nuestra actitud y nuestra confianza. Por eso, debemos ser nuestros mejores aliados, y no nuestros peores enemigos.
Así que deja de autosabotearte de una vez, y aprovecha esta increíble oferta de suscripción a ‘Caleidoscopio’…