En casa del herrero, cuchara de palo
Somos más capaces de dar consejos a otros, que de aplicar estos consejos a nuestra vida.
Que sí, que se nos da mucho mejor dar consejos a los demás.
Somos más racionales y objetivos aconsejando al resto que cuando se trata de tomar decisiones que nos afectan a nosotros mismos
Somos sabios para los demás pero torpes para nosotros mismos.
A lo mejor, vas a un nutricionista que te dice que no comes demasiado sano.
Y mientras te lo dice, se está comiendo un ‘donut’…
O vas al médico, y te dice que no fumes, cuando sabes que el médico fuma como un carretero…
O bien, tu asesor en inversiones, que tiene éxito sí, pero te pide cautela en tu inversión, mientras él invierte impulsivamente en un proyecto similar…
O ese CEO que da conferencias sobre liderazgo, pero luego tiene dificultades para delegar tareas y gestionar su propio equipo
¿Y el coach de negocios que te recomienda estrategias de marketing, pero luego no aplica esas técnicas en su propio negocio?
Bienvenido a la ‘paradoja de Salomón’…
El Rey Salomón no era tan listo…
Según cuenta la historia, muchos iban a ver al Rey Salomón sólo a pedirle
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Caleidoscopio para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.