El famoso lema de los Juegos Olímpìcos.
‘Más rápido, más alto, más fuerte’. Y ‘communiter’, que se añadió hace poco
Que significa ‘Juntos’
Acaban de terminar los Juegos Olímpicos de París.
No los he seguido demasiado.
Y pruebas como el judo , menos aún.
Pero revisando noticias deportivas sobre este deporte en las Olimpiadas, y que casi han pasado desapercibidas para el gran público, se pueden sacar impagables lecciones que podemos aplicar en nuestra vida y en nuestras empresas y en nuestros negocios.
Antes, vámonos a los Juegos Olímpicos de Tokio. No a los últimos de 2021
A los del año 1964. Que también se celebraron allí.
Y al combate de judo más famoso de la historia.
Akio Kaminaga VS Anton Geesink. El primero, japonés, claro está. El otro, holandés.
Evento que no sólo se mostró como un enfrentamiento entre los dos judokas, sino que también se le añadió un marcado simbolismo: la recuperación de Japón tras la Segunda Guerra Mundial, con el judo como símbolo de orgullo nacional.
El judo entraba por primera vez en la lista de deportes olímpicos.
Y claro, Japón decidido a ganar todas las medallas de Oro.
Oro en todas las categorías, menos… en el peso pesado. Drama nacional
El holandés Geesink derrotó a Akio Kaminaga. Y nada menos que con el emperador japonés Hiro Hito viendo el combate en directo…
El estadio, conmocionado. Muchas personas lloraron.
Aun así, el pobre Kaminaga le hizo una reverencia a Geesink, sonrió y le estrechó la mano. Anton indicó a su equipo que no entrara al tatami a celebrar el triunfo y le ahorraran la vergüenza de la derrota al nipón.
Gesto que aún se recuerda como un momento de deportividad y de respeto mutuo.
Regresamos a los Juegos de París. Y a las pruebas de Judo.
Si no eres seguidor de este deporte, es poco probable que te suenen judokas como la supercampeona Uta Abe, Guram Tushishvili y el campeón Ryuju Nagayama
Pues sí, los tres perdieron sus respectivos combates.
Nagayama, por cierto, contra un español, al que se negó a dar la mano después de perder. Uta Abe, estuvo gritando en la banda varios minutos tras ser derrotada en el combate. Y el georgiano reaccionó a su derrota dando a su rival una patada en la entrepierna y empujarlo después. Descalificado…
Nada que ver con lo que hizo el japonés Kaminaga hace 60 años.
Que seguro que estaría igual de fastidiado por perder que los anteriores.
Aprendiendo de Kaminaga y Geesnik…
Kaminaga estaba bajo una enorme presión para ganar el oro .
Lo mismo a que muchos emprendedores y empresarios les ocurre; presión para cumplir con los objetivos, la feroz competencia, las expectativas de los inversores, empleados que dependen de ti…
Sí, la presión es inevitable, pero no hay que dejar que nos defina. Sobre todo, cultivemos la calma interior y mantengamos nuestra perspectiva.
El bueno de Kaminaga se enfrentó a un oponente que le superaba en tamaño.
A menudo, tenemos competidores en nuestros negocios que parecen tener todas las ventajas: más recursos, mejor tecnología, mayor cuota de mercando.
Por eso, no hay que subestimar nunca a nuestros competidores, pero lo más importante es que nunca nos subestimemos a nosotros mismos.
Algo que distingue a Kaminaga es su admirable reacción ante la derrota.
Una reverencia, una sonrisa, un apretón de manos. En un momento de profunda decepción personal y también nacional, mostró un saber estar y una deportividad excepcionales.
Ten muy presente que tu reacción ante un ‘fracaso’ define tu carácter y tu marca. Y siempre deberíamos mantener la integridad y el respeto, incluso en los momentos más difíciles. Que los habrá.
El gesto de que tuvo el holandés Geesink con el japonés, al alejar su equipo para proteger a Kaminaga demuestra un nivel de respeto y empatía que trasciende la competencia.
Pues sí. Trata a tus competidores con respeto. Hoy pueden ser rivales, pero mañana, tal vez, podrían ser tus aliados, o incluso, tus clientes.
Menudo contraste la conducta de Kaminaga y Geesink con los comportamientos de los últimos Juegos. Los valores fundamentales pueden erosionarse con el tiempo si no se cultivan activamente.
Fundamental mantener nuestros valores sin importar cuán exitoso te vuelvas. La integridad y el respeto nunca pasan de moda.
Al igual que judo, en el deporte, en a vida, y en los negocios, las derrotas son inevitables.
Lo que de verdad diferencia a los verdaderos líderes es cómo gestionan esos momentos adversos
La historia de Kaminaga nos hace tener muy presente que la verdadera grandeza no está en no caer nunca, sino en cómo nos levantamos y cómo tratamos a los demás en el proceso.
Y por supuesto, que en muchas ocasiones la derrota no es el final. La derrota de Kaminaga fue un nuevo comienzo. Fue posteriormente entrador del equipo de Judo de Japón en varias Olimpiadas.
Así que cuando tengamos nuestros propios "momentos Kaminaga" - esas derrotas que parecen aplastantes, recordemos lo siguiente: una reverencia digna, una sonrisa genuina y un apretón de manos respetuoso pueden ser el comienzo de nuestro éxito.
Porque en los negocios y en la vida, como en el judo, el respeto, la integridad y la resiliencia son las verdaderas medallas de oro.