#19.CaleiDOStips: Cavando, cavando...sin parar
Para salir de un agujero, lo mejor es dejar de cavar
La Ley del Agujero
Seguro que la conoces.
¿Que no te suena?
Verás como sí.
Esta es:
“Si te encuentras en un hoyo, deja de cavar”
Ley del Agujero
Sencilla. ¿No?
Por si necesitas una explicación más en profundidad de esta ley, aquí la tienes:
“ Un hombre caminaba por un campo, con los ojos vendados y una pequeña bolsa de herramientas.
Se le dijo que su tarea consistía en correr por ese campo con los ojos vendados. (Si, la tarea es un poco estúpida, ya lo sé, pero..)
El pobre hombre no sabía que en la granja había hoyos grandes y muy profundos.
Así que empezó a correr por el campo y cayó en uno de esos grandes agujeros.
Empezó a palpar las paredes del hoyo y se dio cuenta de que no podía saltar fuera y de que tampoco había otras vías de escape.
Se quitó la venda para mirar en la bolsa de herramientas que le habían dado, para ver si había algo que pudiera usar para escapar del hoyo, y encontró una pala. Eso es todo lo que tenía.
Así que comenzó a cavar con diligencia, pero muy pronto advirtió que no salía del hoyo.
Cavaba más y más, más y más rápido, pero…
…seguía en el hoyo.
Todo ese esfuerzo y todo ese trabajo, y lo único que conseguía es que el hoyo se hiciese cada vez más y más profundo.
Entonces se dio cuenta de que cavar no era la solución, no era la forma de salir del hoyo, al contrario, cavando es como se hacen los hoyos más grande.
Y empezó a pensar que quizás todo el plan que tenía estaba equivocado y que no tenía solución, ya que cavando no podía escapar.
Lo único que hacía era hundirse más.
Estás probando algo que sigue fallando continuamente.
Y lo repites una y otra vez, esperando un resultado diferente.
Estás perdiendo el tiempo. Y recursos.
Si con lo que estás haciendo estás empeorando el problema, tal vez sea más prudente dejarlo y pensarlo de nuevo detenidamente.
Que sepas que también existe una Segunda Ley del Agujero:
“Cuando dejas de cavar, todavía estás en un hoyo”
Segunda Ley del Agujero
Es decir, siguiendo la primera Ley del Agujero, sólo has logrado no empeorar las cosas.
Ahora comienza la parte difícil: llegar a la raíz del problema.