'Caleidoscopio'- FreeMagazine#27
La edición 'free' de 'Caleidoscopio' más optimista. Dedicada especialmente a todos los optimistas. Es genial tener optimismo, pero todo esto tiene su 'lado oscuro'...Que deberías conocerl
“No anticipéis las tribulaciones ni temáis lo que seguramente no os puede suceder. Vivid siempre en un ambiente de optimismo.
Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
El ‘lado oscuro’ del optimismo…
Aunque el mundo se desmorone, nosotros estaremos bien.
Al menos, eso pensamos.
Casi el 80% creemos que, contra todo pronóstico, las cosas saldrán bien a nivel individual.
Si, claro es que es una sensación agradable.
Pero eso mismo nos puede llevar a tomar riesgos innecesarios en nuestra vida cotidiana.
Pensamos que “por supuesto, eso no me va a pasar a mí”
Creemos que tenemos el control sobre nuestra vida. Más del que tenemos en realidad.
Ese optimismo nos da la confianza para lanzarnos a nuevas aventuras empresariales.
Cualquier emprendedor conoce las estadísticas que indican que la mayoría de los nuevos negocios fracasan.
Pero sigue adelante con su idea revolucionaria.
Y sí, este optimismo no solo es motivador, sino que también puede ser un factor clave para el éxito.
Pero claro, un optimismo temerario puede cegarnos
Un exceso de confianza puede llevarnos al desastre. Conduzco a 160 km/h porque los accidentes les ocurren a las otras personas.
Subestimamos los riesgos.
Las probabilidades que nos pare la policía por ir a esa velocidad son tan altas como las de cualquier otra, a pesar de que nuestro cerebro (tonto es este caso), y propenso al optimismo, trate de convencernos de lo contrario.
Ese pensamiento optimista lo tenemos que manejar con cuidado.
Aprovechando su poder motivador, pero sin caer en su trampa.
Soñar en grande, pero manteniendo los pies en la tierra.
Equilíbrándolo con una dosis saludable de realismo.
Y ten muy presente que el optimismo es como el fuego: puede iluminar tu camino…o quemar tu casa
El tip de la semana…
No produzcas nauseas….
A lo mejor, y sin saberlo, estás cayendo en la trampa del ‘ad nauseam’.
Técnica que consiste en repetir incesantemente un mensaje hasta el hartazgo.
Puede ser un arma de doble filo.
Tal vez, estés saturando a tus clientes con el mismo eslogan, con la misma idea, una y otra vez.
Vale, al principio generará reconocimiento, pero puede convertirse en un molesto ruido que aleje a tu audiencia.
Es el momento de diversificar tu mensaje, y adaptarlo a diferentes canales y audiencias.
Reinventa tu mensaje
Que no llegue a producir nauseas.
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Gabriel Martínez