BONUS #2: Trabajar duro, muy duro, siempre duro.
La Diferencia entre los adictos al trabajo y los entusiastas de su trabajo
Cuando tienes el impulso de hacer más.
Cada vez más, y más, y mucho más…
Te levantas a las 5..
De la mañana, claro.
Revisas tu correo mientras desayunas un café rápido.
No pierdes ni un minuto. Que cada minuto cuenta, claro.
Y es que hay que trabajar duro, muy duro Darle duro a todo
Y tanta dureza acaba a veces convertida en un ciclo interminable de trabajo.
Si, ese ‘trabajar duro’, sin parar, a todas horas, puede parecer un signo de compromiso.
Pero no lo es
Puede llevarte a un estado de agotamiento que afecte a tu productividad, y por supuesto, a tu salud física y mental.
Recibes un correo a medianoche, le respondes y te enorgulleces de responder mails a cualquier hora.
Sí, parece que esto demuestra tu enorme dedicación e implicación con tu trabajo.
Tú lo haces, y si tu equipo ve que lo haces, seguirá tu ejemplo. Y todos trabajando a deshoras...
No contento con responder correos a cualquier hora, programas reuniones interminables para discutir cada detalle.
Quieres mantener el control, pero tantas reuniones acaban por fatigar a tu equipo. Aparte de reducir el tiempo de trabajo productivo.
Para llegar al fin de semana.
Que ni es fin de semana ni existe.
Es una continuación de la semana.
Los primeros fines de semana, disfrutas del flujo de trabajo. De no parar.
Pero con el tiempo, te das cuenta de que has perdido bastante contacto con tus amigos, familiares,…
No eres adicto al trabajo por…
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