Año del Señor de 1128
Los señores de Grimbergen encargaron a un tal Norberto, que luego sería San Norberto, fundador de la Orden Norbertina, que construyera una Abadía.
Poco después, los monjes comenzaron a elaboran allí una famosa cerveza.
En 1142, en un incendio, la Abadía de Grimbergen queda casi destruida, pero los monjes la vuelven a construir.
Casi tres siglos después, en 1566, la Abadía fue de nuevo destruida.
En 1629, la sufrida Abadía vuelve a establecerse en Grimbergen
Y a partir de ese momento, y como un símbolo de renacimiento, los voluntariosos monjes incluyeron la imagen del Ave Fénix en su escudo de armas, junto con el famoso lema ‘Ardet nec consumitur’, que significa ‘quemada, pero no destruida’
Cuando parecía que había llegado la tranquilidad, durante la Revolución Francesa de 1798, la Abadía fue destruida de nuevo y los monjes se tuvieron que marchar.
Pero desde hace ya un tiempo, la Abadía sobrevive.
Y sigue haciendo una gran cerveza.
En esta vorágine del mundo empresarial, laboral y también personal, es fácil sentirse arrastrado por las llamas del estrés, de la presión, consumidos por las excesivas demandas de trabajo, mientras notamos que nos devoran por completo.
No dejes que el agotamiento, esa llama interior, te consuma y te reduzca a cenizas.
Y si ya estás a punto de convertirte en polvo gris, acuérdate del Ave Fenix.
Ese ave milagrosa que resurge de sus cenizas de forma vigorosa, y que simboliza la esperanza, el aplomo y la regeneración.
Y acuérdate también de la famosa Abadía,
Y de su cerveza, por supuesto.