Burnout.
Estás quemado. Agotado. No puedes más.
Agotamiento. Una llama que arrastra consigo la productividad y el rendimiento de tu empresa.
Tú estarás agotado, quemado. Sí, pero no sólo te quemas tú, sino que esa llama también afecta a tu negocio.
Casi un 65% más de probabilidad de cogerse un día de enfermedad. Lo tienen los empleados (y también jefes) quemados.
Casi 3 veces más propensos a buscar activamente otro trabajo.
O tal vez, no se vayan a ningún sitio. Se quedan donde están. En ese caso, su confianza en su trabajo baja casi en un 15%
La llama del agotamiento no se queda ahí. No sólo reduce a cenizas tu energía, sino también tu voluntad de aprender y de crecer.
Tu enfoque se limita a la supervivencia diaria, con poco espacio para tu desarrollo.
Y no sólo eso.
Un empleado agotado es mucho más propenso a discutir con su superior.
Y viceversa, claro.
Además de desarrollar una mentalidad enfocada en los problemas, en lugar de en las oportunidades y el éxito futuro.
La llama del agotamiento no para.
La energía y el rendimiento caen en picado, las buenas decisiones en la empresa, el servicio de atención al cliente, la calidad, la innovación…también se ven afectados por el ‘fuego’
Y esto no es lo peor…
Las llama del agotamiento también salen por las ventanas de tu despacho y van a…
…tu casa.
Los que que sufren altos niveles de agotamiento tienen el doble de probabilidades de luchar para cumplir con sus responsabilidades familiares.
Y casi un 25% más de probabilidades de terminar en la sala de urgencias de un hospital.
Tú decides. Continuar consumiéndote hasta quedar hecho cenizas…
O bien, apagar esa llama y resurgir de esas cenizas para tomar el control de tu vida laboral y personal.